El Príncipe y la Princesa de Gales, Kate Middleton y el Príncipe William, mantienen deliberadamente a su hijo mayor, el Príncipe George, de 12 años, al abrigo del intenso escrutinio público. Este enfoque refleja un esfuerzo calculado para gestionar su futuro papel como heredero al trono británico y al mismo tiempo protegerlo de las presiones que enfrentaron William y el príncipe Harry durante su infancia.
Exposición controlada
La comentarista real Katie Nicholl habló recientemente de la necesidad de que el público “se enamore” del Príncipe George antes de que asuma mayores deberes reales. La preocupación es que la sobreexposición pueda crear un efecto adverso, pero el aislamiento total obstaculizaría su conexión con el público. William tiene la intención de controlar cuidadosamente las apariciones de George para asegurar una recepción positiva, evitando los peligros de la antigua cultura de las celebridades.
Integración gradual
Los últimos meses han mostrado un ligero cambio en esta estrategia. El príncipe George asistió al Festival del Recuerdo en noviembre junto a su madre, donde coordinaron su vestimenta en un respetuoso homenaje. Su asistencia al 80º aniversario del Día VE en mayo, en el que participó con veteranos de la Segunda Guerra Mundial, también marcó una introducción deliberada a sus responsabilidades futuras. Según el autor real Robert Hardman, estas apariciones son parte de un “movimiento lento e incremental hacia su destino”.
Límites digitales
La pareja real también está afrontando el desafío de la infancia moderna. Si bien actualmente restringe el acceso a los teléfonos inteligentes para el Príncipe George y sus hermanos, William ha sugerido que George podría recibir un teléfono con acceso limitado cuando ingrese a la escuela secundaria en 2026. Este enfoque equilibra la necesidad de normalidad con las demandas únicas de la vida real.
El ritmo deliberado de la exposición pública del Príncipe George subraya el reconocimiento de la familia real de que la percepción pública es crucial para la estabilidad futura. Al gestionar cuidadosamente su integración en la vida pública, su objetivo es cultivar una relación positiva entre el joven príncipe y el pueblo británico.


























